Convertir el modelo de desarrollo global” a los valores de la solidaridad y de la “caridad en la verdad”. “Es real el riesgo –continuaba– no sólo de que se apague la esperanza de acabar con la pobreza extrema, sino también de que caigan en la miseria poblaciones que hasta ahora gozaban de un mínimo bienestar material”.
En concreto, Benedicto XVI recomendaba una vez más valorar “la eficacia técnica de los procedimientos que se deben adoptar para superar la crisis” a la luz de la ética.